Las empresas buscan
lograr el maximo beneficio, este se puede lograr de dos formas: aumentando
los ingresos o reduciendo los gastos. Las empresas multinacionales suelen
optar por las dos opciones.
Reducir gastos es
la base sobre la que se sustentan los procesos de deslocalización. Las empresas
deslocalizan para gastar menos en las actividades que van a ser trasladadas de
lugar. La Real Academia Española (RAE) define deslocalizar como
la acción de “trasladar una producción industrial de una región a otra o de un
país a otro, normalmente buscando menores costes empresariales.”
Las empresas, para
obtener más beneficios, han de aumentar los ingresos accediendo a un mayor
número de mercados (transnacionalizándose) y han de reducir gastos
localizándose allí donde se den las condiciones para hacerlo
(deslocalizándose).
Principalmente los
mejores lugares para reducir gastos son los espacios de la llamada “Periferia”
mundial. La Periferia está compuesta por los países subdesarrollados, en
desarrollo y emergentes. Estos últimos son los que más volumen de
deslocalización reciben, debido al tamaño de sus economías y a la fuerza
laboral que tienen.
Las empresas del
sector automovilístico, del sector textil o de industrias pesadas suelen ser
las que más deslocalizan. En sus cadenas de producción hay tareas o funciones
que requieren de menos cualificación, y se busca una mano de obra más
barata. Es una cuestión de niveles o rangos. Los rangos más altos
se localizan en los espacios de rango mayor, y viceversa.
En el mapa se puede
ver el fenómeno de la deslocalización, y observamos que se ha
producido en dos fases diferentes. Primero ha tenido lugar una deslocalización
de las multinacionales occidentales desde los espacios centrales, hacia los
espacios periféricos. Después, observamos una “segunda fase de
deslocalización”, en la que las empresas más grandes de las regiones emergentes
trasladan algunas de sus funciones a zonas menos desarrolladas.
En el mapa
observamos una tendencia clara a deslocalizar siempre desde zonas de un
rango mayor hacia otras de nivel inferior. Se destacan tres zonas
tradicionales de poder y dos nuevas zonas emergentes: Latinoamérica y Asia. La
tendencia es descendente, desde los centros de más poder se deslocalizan
actividades de las empresas hacia centros periféricos. Podemos distinguir dos
tipos de deslocalización, o dos fases.
Primera fase: deslocalización tradicional
La primera fase
tiene lugar desde los tres polos tradicionales de poder (EEUU+Canadá, Europa y
Japón+Australia) hacia las principales áreas emergentes (México, Brasil,
Argentina, Sudáfrica, Nigeria, Turquía, Subcontinente Indio, Sudeste Asiático,
China). Esta primera deslocalización se basa en la reducción de costes de
producción.
Las actividades que
se suelen deslocalizar son las más sencillas: producción manufacturera y
administración y gestión de datos. Otros procesos como la gestión central o la
dirección se mantienen en los puntos de más alto rango. Así se explica que
en estas ciudades encontremos modernos rascacielos y centros de negocios de
alto nivel.
Mientras tanto, en
otras ciudades como Manila, Shanghai, Calcuta, Karachi, Sao Paulo o Bangkok se
ocupan de la simple fabricación de los productos y, como mucho, de gestionar
datos informáticos y contabilidad.
Segunda fase de
deslocalización, un proceso reciente
Esta segunda
deslocalización se basa en la cualificación creciente de la mano de obra en
países de la periferia como China o la India, y consiste en que las grandes
empresas de los países de la periferia traspasan actividades de producción o
confección a otros países como Filipinas, Pakistán o Indonesia.
Es especial el caso
de Los Cuatro Tigres Asiáticos, estos cuatro países (Corea del Sur, Taiwan,
Hong-Kong y Singapur), están enmarcados geográficamente dentro de lo que
tradicionalmente se ha conocido como la periferia. Aun así, son cuatro
economías que han crecido a un mayor ritmo que sus paises cercanos.
Las empresas
asiáticas con sede en Hong-Kong o Taiwan trasladan sus operaciones de menor
rango a otros espacios menos desarrollados y donde pueden ser más rentables,
como Malasia, Tailandia, Indonesia, Bangladesh… Mientras tanto, las empresas de
Los Cuatro Tigres se quedan en sus propias ciudades realizando las tareas de
dirección, gestión, innovación, investigación, marketing.
Lo que han hecho
países como Taiwan, Corea o Hong-Kong ha sido dejar de producir productos
textiles, y pasar a ser productores de alta tecnología . Este cambio en el tipo
de producción y de exportación representa una importante variación en el tipo
de economía que tiene un país. Está claro que los Cuatro Tigres Asiáticos han
subido de escalón y han adquirido un rango superior. Las actividades que
requieren una cualificación más baja o que tienen una remuneración menor
tienden a ser las que acaban deslocalizándose.
La
deslocalización se fomenta desde ambos lados
Tanto desde las
potencias tradicionales de Occidente, que como hemos visto son la cuna de las
empresas multinacionales que más deslocalizan, como desde los países en
desarrollo, que son los que reciben esa deslocalización, se hacen esfuerzos
para que este proceso tenga lugar.
Las multinacionales
europeas, norteamericanas o japonesas lo están deseando. Reducir costes pagando
menos a más obreros, que trabajarán más horas, producirán más y habrá que
pagarles menos que en Europa o en otro lugar del Primer Mundo. También en
paises pobres se hacen esfuerzos y se esté deseando recibir la deslocalización
de las funciones de producción de empresas occidentales.
En países asiáticos
y latinoamericanos se ha modificado la legislación para promover la llegada de
empresas extranjeras que deslocalicen las funciones de producción.
Las empresas de
Estados Unidos encuentran una gran reducción de costes deslocalizando las
funciones de producción al otro lado de la frontera, en las zonas cercanas.
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