lunes, 10 de agosto de 2015

Deslocalizacion

Las empresas buscan lograr el maximo beneficio, este se puede lograr de dos formas: aumentando los ingresos o reduciendo los gastos. Las empresas multinacionales suelen optar por las dos opciones.
Reducir gastos es la base sobre la que se sustentan los procesos de deslocalización. Las empresas deslocalizan para gastar menos en las actividades que van a ser trasladadas de lugar. La Real Academia Española (RAE) define deslocalizar como la acción de “trasladar una producción industrial de una región a otra o de un país a otro, normalmente buscando menores costes empresariales.”
Las empresas, para obtener más beneficios, han de aumentar los ingresos accediendo a un mayor número de mercados (transnacionalizándose) y han de reducir gastos localizándose allí donde se den las condiciones para hacerlo (deslocalizándose).
Principalmente los mejores lugares para reducir gastos son los espacios de la llamada “Periferia” mundial. La Periferia está compuesta por los países subdesarrollados, en desarrollo y emergentes. Estos últimos son los que más volumen de deslocalización reciben, debido al tamaño de sus economías y a la fuerza laboral que tienen.
Las empresas del sector automovilístico, del sector textil o de industrias pesadas suelen ser las que más deslocalizan. En sus cadenas de producción hay tareas o funciones que requieren de menos cualificación, y se busca una mano de obra más barata. Es una cuestión de niveles o rangos. Los rangos más altos se localizan en los espacios de rango mayor, y viceversa.
En el mapa se puede ver el fenómeno de la deslocalización, y observamos que se ha producido en dos fases diferentes. Primero ha tenido lugar una deslocalización de las multinacionales occidentales desde los espacios centrales, hacia los espacios periféricos. Después, observamos una “segunda fase de deslocalización”, en la que las empresas más grandes de las regiones emergentes trasladan algunas de sus funciones  a zonas menos desarrolladas.
En el mapa observamos una tendencia clara a deslocalizar siempre desde zonas de un rango mayor hacia otras de nivel inferior. Se destacan tres zonas tradicionales de poder y dos nuevas zonas emergentes: Latinoamérica y Asia. La tendencia es descendente, desde los centros de más poder se deslocalizan actividades de las empresas hacia centros periféricos. Podemos distinguir dos tipos de deslocalización, o dos fases.
Primera fase: deslocalización tradicional
La primera fase tiene lugar desde los tres polos tradicionales de poder (EEUU+Canadá, Europa y Japón+Australia) hacia las principales áreas emergentes (México, Brasil, Argentina, Sudáfrica, Nigeria, Turquía, Subcontinente Indio, Sudeste Asiático, China). Esta primera deslocalización se basa en la reducción de costes de producción.
Las actividades que se suelen deslocalizar son las más sencillas: producción manufacturera y administración y gestión de datos. Otros procesos como la gestión central o la dirección se mantienen en los puntos de más alto rango. Así se explica que en estas ciudades encontremos modernos rascacielos y centros de negocios de alto nivel.

Mientras tanto, en otras ciudades como Manila, Shanghai, Calcuta, Karachi, Sao Paulo o Bangkok se ocupan de la simple fabricación de los productos y, como mucho, de gestionar datos informáticos y contabilidad.
Segunda fase de deslocalización, un proceso reciente
Esta segunda deslocalización se basa en la cualificación creciente de la mano de obra en países de la periferia como China o la India, y consiste en que las grandes empresas de los países de la periferia traspasan actividades de producción o confección a otros países como Filipinas, Pakistán o Indonesia.
Es especial el caso de Los Cuatro Tigres Asiáticos, estos cuatro países (Corea del Sur, Taiwan, Hong-Kong y Singapur), están enmarcados geográficamente dentro de lo que tradicionalmente se ha conocido como la periferia. Aun así, son cuatro economías que han crecido a un mayor ritmo que sus paises cercanos.

Las empresas asiáticas con sede en Hong-Kong o Taiwan trasladan sus operaciones de menor rango a otros espacios menos desarrollados y donde pueden ser más rentables, como Malasia, Tailandia, Indonesia, Bangladesh… Mientras tanto, las empresas de Los Cuatro Tigres se quedan en sus propias ciudades realizando las tareas de dirección, gestión, innovación, investigación, marketing. 
Lo que han hecho países como Taiwan, Corea o Hong-Kong ha sido dejar de producir productos textiles, y pasar a ser productores de alta tecnología . Este cambio en el tipo de producción y de exportación representa una importante variación en el tipo de economía que tiene un país. Está claro que los Cuatro Tigres Asiáticos han subido de escalón y han adquirido un rango superior. Las actividades que requieren una cualificación más baja o que tienen una remuneración menor tienden a ser las que acaban deslocalizándose.
La deslocalización se fomenta desde ambos lados
Tanto desde las potencias tradicionales de Occidente, que como hemos visto son la cuna de las empresas multinacionales que más deslocalizan, como desde los países en desarrollo, que son los que reciben esa deslocalización, se hacen esfuerzos para que este proceso tenga lugar.
Las multinacionales europeas, norteamericanas o japonesas lo están deseando. Reducir costes pagando menos a más obreros, que trabajarán más horas, producirán más y habrá que pagarles menos que en Europa o en otro lugar del Primer Mundo. También en paises pobres se hacen esfuerzos y se esté deseando recibir la deslocalización de las funciones de producción de empresas occidentales.
En países asiáticos y latinoamericanos se ha modificado la legislación para promover la llegada de empresas extranjeras que deslocalicen las funciones de producción. 

Las empresas de Estados Unidos encuentran una gran reducción de costes deslocalizando las funciones de producción al otro lado de la frontera, en las zonas cercanas.

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